CICLO DE CONFERENCIAS

El Ciclo de Conferencias1

Marzo de 1945

Los tres meses de marzo, abril y mayo en este año, marcan en el tiempo un momento de mayor significación en nuestra his­toria planetaria. Me refiero a la Luna Llena de Pascua, celebrada el 28 de marzo, la Luna Llena de Wesak, que este año cae el 27 de abril, y la Luna Llena de Junio —la “Excepcional Oportunidad” de Cristo, como se la ha denominado— que tiene lugar el 26 de mayo. Desde el punto de vista tanto de la Jerarquía como de la Huma­nidad, los acontecimientos durante estas pocas semanas de importancia espiritual y mundana (enfocados mediante estas tres Lunas Festivales de Aries, Tauro y Géminis) serán de enorme efecto. Lo que sea realizado durante este tiempo por los Miembros de la Jerarquía espiritual de nuestro planeta (Quienes enfrentan una prueba mayor de Su poder jerárquico, no una prueba de Su amor), lo que sea logrado por los discípulos trabajando en el mundo en este momento, y también por el nuevo grupo de servidores del mundo, puede determinar y determinará el destino del hombre durante siglos por venir. Aun aquellos que no tienen ningún conocimiento de materias ocultas o del destino humano, o de la efectiva empresa del libre albedrío humano [i446] (esotéricamente comprendido) permanecen conteniendo el aliento, esperando ver qué sucederá y hacia qué meta o metas serán dirigidos el pensamiento y el planeamiento humanos.

Las masas humanas en todas partes tienen un solo deseo —tranquilidad. No uso la palabra “paz”, porque tiene una connotación tan desorientadora. Hombres y mujeres pensantes, en todos los países, permanecen con intención masiva, determinados si es posible a dar esos pasos que asegurarán paz en la Tierra, mediante la expresión de buena voluntad. Observen esa fraseología. Los discípulos operativos en todo el mundo están luchando con todos los medios a su disposición para difundir el evangelio del sacrificio, porque sólo sobre el sacrificio puede la estabilidad mundial basarse sin peligro —el sacrificio del egoísmo. Estas palabras resumen la demanda que se está haciendo sobre aquellos cuya responsabilidad es determinar la política (nacional o internacional) y dar esos pasos que establecerán rectas relaciones humanas. La Jerarquía permanece —ya no vigilando y esperando, sino actuando hoy con sabiduría impulsora y decisión fija para fortalecer las manos de Sus trabajadores en todos los campos de la [e371] actividad humana (político, educativo y religioso) de manera que puedan emprender la acción adecuada e influir correctamente el pensar humano.

Una poderosa actividad de primer rayo —la actividad de voluntad o propósito— está entrando en acción. Cristo, como Guía de las Fuerzas de la Luz, ha conferido poder a los Ashramas de los Maestros sobre este primer Rayo de Poder para fortalecer las manos de todos los discípulos en el campo de gobierno y de acuerdo político en cada nación; para iluminar, si es posible, a las diversas asambleas legislativas nacionales por cualquier medio que pueda ser necesario, de manera que la potencia de sus palabras, la sabiduría de su planeamiento y la amplitud de su pensamiento puedan demostrarse tan efectivos que el “Ciclo de Conferencias y de Concilios” que inician ahora los estadistas del mundo, pueda estar bajo la guía directa (de nuevo si es posible) de Aquellos en la Cámara del Concilio en Shamballa que conocen cuál es la Voluntad de Dios. El egoísmo de las pequeñas mentes en las diversas asambleas legislativas del mundo debe ser contrarrestado de alguna manera. Tal es el problema. Me pregunto ¿pueden captar el significado [i447] de este acontecimiento? A través de las edades, los estadistas y los gobernantes indivi­duales han respondido de vez en cuando a la influencia de ese Concilio espiritualmente supremo; pero ha sido la responsividad del discípulo individual que ha trabajado solo y sin ayuda, y ha enfrentado (o experimentado) la derrota tan frecuentemente si no más de lo que ha experimentado la victoria. En el planeamiento que está teniendo lugar ahora en conexión con las distintas conferencias y concilios internacionales que todos ustedes conocen, el esfuerzo espiritual (por primera vez en la historia humana) es poner a todos ellos, como grupos funcionantes, bajo el impacto directo de la energía que motiva y acciona a ese lugar donde la Voluntad de Dios es conocida y los propósitos de la divinidad se definen y proyectan. Esto significa que cada una de las futuras conferencias mundiales (y habrá muchas) tendrá un efecto mayor y más extenso que de cualquier otra manera; sin embargo, significa que los riesgos involucrados y el choque de las mentes será también mucho mayor. Este punto deberían recordarlo al estudiar y leer los informes de las diversas conferencias.

No olviden que la energía divina debe hacer impacto en las mentes humanas; estas mentes son el único instrumento disponible —en su efecto conjunto— por medio del cual la Voluntad de Dios puede expresarse; responden necesariamente a los resultados estimulantes y energizantes de ese impacto, y esto evocará resultados adecuados al tipo de mente afectada. La respuesta será compatible con la cualidad y la intención de esas mentes. Donde la buena voluntad esté presente, y donde haya una intención [e372] altruista y un amplio punto de vista, esas cualidades serán fortalecidas y dotadas de poder; donde impere el egoísmo, donde el aislacionismo y la separatividad estén presentes y donde haya intención de alcanzar fines individuales y nacionales en vez de esos propósitos internacionales que beneficiarán a toda la humanidad, esas cualidades adquirirán también mayor fortaleza.

Dos conferencias importantes, pero preliminares, ya han tenido lugar, inaugurando así este nuevo ciclo de funcionamiento gru­pal. La Liga de las Naciones fue un esfuerzo malogrado [i448] —bien intencionado pero relativamente inútil, como lo demostraron los eventos posteriores. Una de estas conferencias iniciales se efectuó en Yalta. Allí, tres hombres, constituyendo un triángulo básico, se reunieron con buena voluntad hacia todos y se esforzaron por sentar la base para los futuros acontecimientos mundiales.

Todos los verdaderos movimientos que condicionan largos ciclos en los asuntos mundiales tienen en su centro un triángulo, por el cual puede afluir la energía y llevarse a cabo ciertos propósitos definidos. Poco se comprende todavía respecto a la naturaleza de la tarea que se debe realizar o el tipo característico de los hombres que trabajan en los grupos y Ashramas de primer rayo y en cuyas manos descansa, en cualquier momento dado, el destino político del hombre. Todo el tema del discipulado ha sido distorsionado por las definiciones teológicas, basadas en la dulzura del carácter que con frecuencia actúa singularmente a favor de la ineficacia. El largo ciclo de gobierno eclesiástico ha dado un sesgo partidista al pensamiento humano, de manera que la índole de la fortaleza y efectividad espiritual es interpretada en términos de religión, en la terminología eclesiástica (no digo del cristianismo), o en la fraseología de un marcado pacifismo o un control dominante, religioso, temporal. El largo régimen de las diferentes iglesias ha terminado. Esto debería ser captado. Han realizado su trabajo —en las primeras etapas fue muy bueno, en las etapas intermedias necesariamente de consolidación y, en la etapa moderna, un trabajo cristalizador y reaccionario. El gobierno de las iglesias ha pasado, pero no los preceptos del cristianismo o el ejemplo de Cristo. Sin embargo, Él es responsable de una presentación más nueva y efectiva de la religión mundial venidera, y las iglesias deberían prepararse para ello si tienen suficiente iluminación para reconocer su necesidad, y Su esfuerzo para satisfacer esa necesidad.

Hoy debe alcanzarse un equilibrio y éste tendrá lugar por intermedio de una conducción estatal iluminada y por medio de una actividad política, que estará basada cada vez más en el bien de toda la humanidad y no en el beneficio de cualquier nación en particular.

[e373] Este equilibrio no se expresará en términos religiosos ni en la así llamada terminología espiritual. Se expresará mediante el trabajo grupal, las conferencias, la unión de naciones, [i449] los partidos orga­nizados y la legislación. Todo esto será el resultado de una intensa actividad de los Maestros y de sus discípulos de primer Rayo de Voluntad o Poder. La finalidad de su trabajo será expresar la voluntad-al-bien, pues ven al mundo con mayor amplitud. Quizás al no iniciado le parezca que actúan aislados y que las decisiones que proclaman al mundo son demasiado severas, provocando la irritabilidad de los de mente cerrada y de quienes interpretan la libertad en términos de su oscuro punto de vista individual. Sin embargo, trabajan bajo la dirección espiritual como cualquier guía religioso y esto será ampliamente reconocido. La historia justificará sus acciones, porque habrán dado una orientación a los asuntos mundiales y al pensamiento humano, cuyo resultado será una más clara percepción de la necesidad. Su actuación evocará la discusión y a menudo el desacuerdo, como sucedió con las decisiones del triángulo de trabajadores de Yalta. Pero debido a su modo de ser no se resienten por ello; saben que la discusión evocada y las críticas surgidas, revelarán la pequeñez y los instin­tos separativos inherentes en sus opositores y —al mismo tiempo— evocarán la unión de quienes ven detrás de la actividad inicial aparentemente osada, un esfuerzo para precipitar con claridad las cuestiones que enfrenta la humanidad. La humanidad podrá así ser llevada a la comprensión. Estas son las cosas que el triángulo en Yalta intentó hacer. Quizás no las reconocieron conscientemente como un trabajo que se les pidió hacer debido a su discipulado, sino que automáticamente actuaron de este modo porque sintieron correctamente la necesidad humana. Estuvieron y están dificultados por el hecho de su propia humanidad, que los hace propensos a cometer errores, pero están mucho más dificultados por los hechos del egoísmo humano y la codicia nacional y por el bajo nivel general de la realización humana —considerando a la humanidad como un todo.

Habiendo aclarado las cuestiones tales como ellos las ven, y habiendo evocado el entusiasmo de los hombres de buena voluntad del mundo y la crítica violenta de quienes piensan en términos de partidismo, nacionalismo y prejuicio, el experimento de [i450] la conferencia en la ciudad de México fue emprendido con éxito. Se comprendió que los estadistas podían contar con que había cierta medida de unidad hemisférica y así sentarse los cimientos para la mucho más difícil conferencia internacional en San Francisco, en el momento del Wesak, la Luna Llena de Buda. No por nada esta conferencia se celebra durante los cinco días de la Luna Llena de Wesak. Será un momento de suprema dificultad, [e374] donde las Fuerzas de la Luz se enfrentarán con lo que denomino “las fuerzas del egoísmo y de la separatividad”.

Subjetivamente hablando, la conferencia estará bajo la influencia directa de la Jerarquía. El consiguiente estímulo, tanto de los aspectos egoístas como de los altruistas, evocará una tremenda potencia emocional y mental. Por lo tanto, es esencial que todos los aspirantes y discípulos pongan el peso de su desarrollo espiritual y la luz de su alma, del lado de las Fuerzas que tratan de hacer planes para el bien de la humanidad y que consideran al bienestar de la totalidad de mucha mayor importancia que cualquier situación o exigencia nacional.

Recuerden que las Fuerzas del Mal siguen siendo poderosas, particularmente en el plano físico, y pueden actuar por medio de muchos canales. Alemania está derrotada, pero sigue siendo capaz de un esfuerzo final de destrucción y violencia. Japón está en camino de ser derrotado, pero es aún poderoso. La jerarquía del mal, en el aspecto interno, está siendo rechazada por las Fuerzas de la Luz, pero no ha aflojado su aferramiento a la humanidad. Por medio de la ignorancia estas fuerzas pueden alcanzar aún mucho poder —la ignorancia de la humanidad misma. Las naciones y los pueblos siguen ignorando la verdadera naturaleza de los demás; en el mundo abunda la desconfianza y la suspicacia. La humanidad, como un todo, poco sabe sobre Rusia, por ejemplo. La verdadera significación de su ideología es incomprendida debido a los errores iniciales de quienes dirigieron la revolución; el libertinaje de los hombres sin ley, dio a la humanidad observadora, en los primeros días, una errónea visión de lo que estaba sucediendo. Pero esos días han terminado. En los fuegos del sufrimiento y por medio de una comprensión profundizada, ésta nación grande [i451] y compuesta avanzará hacia una demostración de la hermandad, de la que puede dar ejemplo a todo el mundo. China necesita la total alfabetización; sus ciudadanos no conocen nada de las otras naciones; en una vuelta superior de la espiral, esa supremacía educativa que caracterizó a una oligarquía del saber, en los días de la antigua gloria de China, caracterizará nuevamente a las masas de su pueblo. El gran continente europeo y los pueblos británicos ignoran aún el significado real del hemisferio occidental y de los Estados Unidos —con su exuberante juventud. Lo encuentran tan irritante, como su profunda madurez y amplia experiencia demuestra ser irritante para los americanos. Los americanos, tanto en el hemisferio norte como en el hemisferio sur, ignoran básicamente la historia de las naciones de las cuales originaron, porque pusieron el énfasis en su relativamente breve historia y fueron educados sobre un cuadro parcial y frecuentemente prejuicioso respecto a la cultura europea y a los objetivos británicos. Esta ignorancia difundida en todo el [e375] mundo le hace el juego a las Fuerzas del Mal y —vencidas como lo están en el plano físico— lucharán más violentamente contra la buena voluntad mundial en los planos de la decisión emocional, y contra esas ideologías que beneficien a toda la humanidad en los niveles mentales.

A causa de que los métodos del plano físico han dado como resultado sólo la total devastación de Europa y víctimas que (si se incluyen civiles, hombres, mujeres y niños) suman incontables millones, las fuerzas del mal ahora tratarán de utilizar el carácter de la humanidad como un todo (en su actual punto de desarrollo) para obstaculizar a las Fuerzas de la Luz, impedir que haya tranquilidad y comprensión en el mundo y demorar el día de su propia derrota final. En esta derrota deberá incluirse la de los tres mundos —mental, emocional y físico— de la evolución humana. Durante largo tiempo estas fuerzas del mal han usado la sicología para alcanzar los fines que tenían en vista, y la usaron con asombroso éxito; todavía la están usando y seguramente emplearán sus métodos al máximo. Se valen de la prensa y la radio a fin de distorsionar el pensamiento humano; [i452] presentan verdades a medias, imputan móviles falsos, resurgen antiguos agravios, predicen (con malos augurios) dificultades inminentes, fomentan antiguos prejuicios y odios y acentúan las diferencias religiosas y nacionales. A pesar de tanto clamor, exigencias y demanda de organización, en ninguna parte hay plena libertad de prensa, particularmente en los Estados Unidos, donde los partidos y los editores dictan la política de los diarios. La razón principal por la cual no hay prensa alguna realmente libre se basa en dos factores: primero, el hecho de que la humanidad aún no está libre de sus razonamientos predeterminados, sus ignorancias básicas de la historia fáctica, o de las naciones y su sicología; la humanidad todavía está controlada por el sesgo racial y nacional y por el prejuicio. Segundo, el hecho de que todo esto es nutrido y mantenido vivo por las fuerzas del mal, obrando en el lado interno de los asuntos humanos, y ocupándose principalmente del ángulo sicológico porque es tan sumamente potente. Esto lo harán cada vez más a medida que se acerque el fin de esta guerra planetaria; tratarán de contrarrestar el trabajo de la Jerarquía, dificultar las actividades del nuevo grupo de ser­vidores del mundo y oscurecer las cuestiones involucradas a tal grado que los hombres de buena voluntad en todas partes estarán desconcertados y no podrán ver los claros delineamientos de la situación fáctica ni distinguir qué es verdadero y qué es falso. No lo olviden, las fuerzas del mal son extremadamente hábiles.

También es necesario recordar que, habiendo ganado la gue­rra contra la agresión y la barbarie en el plano físico (y está ganada), la humanidad ha adquirido ahora el derecho de llevar [e376] lo realizado a una efectiva victoria sicológica y mental, y de hacerlo juntos y con la ayuda mancomunada de hombres y mujeres iluminados de todos los países —de allí la inauguración de este Ciclo de Conferencias y Concilios. Este ciclo será largo o corto, de acuerdo con la liberación de la voluntad-al-bien desde el mundo espiritual, en respuesta a la intención masiva de los hombres y mujeres de buena voluntad en todas partes.

A medida que el aspecto destructor de la Voluntad de Dios se acerca al cumplimiento del propósito divino, la voluntad-al-bien puede surgir con claridad y dominar los asuntos humanos. Del grandioso [i453] mal planetario, demostrado por la destructiva guerra de los últimos años (1914-1945), podrá venir un grande y permanente bien; la Jerarquía espiritual está preparada para evocar el bien latente que subyace en el trabajo de destrucción realizado, pero esto sólo puede suceder si la buena voluntad de la humanidad misma es empleada con adecuado poder invocador. Si esta buena voluntad halla expresión, dos cosas pueden suceder: primero, pueden ser liberados en la tierra ciertos poderes y fuerzas que ayudarán al esfuerzo de los hombres para lograr rectas relaciones humanas, con su efecto resultante —paz; segundo, las fuerzas del mal serán tan contundentemente derrotadas que jamás podrán volver a infligir tal destrucción universal a la Tierra.

Hace algunos años dije que la guerra que puede seguir a esta, se libraría en el campo de las religiones del mundo. Sin embargo, una guerra así no producirá un período similar de extrema masacre y sangre; se librará mayormente con armas mentales y en el mundo del pensamiento; involucrará también el aspecto emocional, desde el punto de vista del fanatismo idealista. Este fanatismo inherente (que se encuentra siem­pre en los grupos reaccionarios) luchará contra la aparición de la religión mundial venidera y la difusión del esoterismo. Para esta lucha se preparan ciertas iglesias bien organizadas, por me­dio de sus elementos conservadores (sus elementos más pode­rosos). Quienes son sensibles a los nuevos impactos espirituales están aún lejos de ser poderosos; lo nuevo enfrenta siempre la suprema dificultad de reemplazar y sobreponerse a lo viejo y establecido. El fanatismo, las posiciones teológicas atrincheradas y el egoísmo materialista, están activamente organizados en las iglesias de todos los continentes y de todas las denominaciones. Es de esperar que defiendan su establecido orden eclesiástico, sus ganancias materiales y su gobierno temporal, y se están iniciando los preparativos necesarios.

La futura lucha surgirá dentro de las iglesias mismas; será precipitada también por los elementos iluminados que ya existen [e377] en buen número, aumentando rápidamente su fortaleza por el impacto de la necesidad humana. [i454] Luego se extenderá a los hombres y mujeres reflexivos de todas partes, quienes —en rebelde protesta— rechazaron el clericalismo y la teología ortodoxa. No son impíos sino que, por el dolor y la aflicción, aprendieron (sin la ayuda eclesiástica) que los valores espirituales son los únicos que pueden salvar a la humanidad; que la Jerarquía permanece y que el Cristo —como símbolo de la paz y Guía de las Fuerzas de la Luz— no es una fuerza insignificante, sino que está evocando respuesta desde los corazones de los hombres en todas partes. La verdadera religión llegará a ser interpretada en términos de la voluntad-al-bien y su expresión práctica, buena voluntad. Las venideras conferencias mundiales y los concilios internacionales indicarán la fortaleza de esta nueva respuesta espiritual (por parte de la humanidad) a las sobreumbrantes Potestades espirituales que esperan el llamado invocador del género humano. Cuando se eleve ese grito, estas energías divinas se precipitarán a la esfera del pensar y el planeamiento humanos. Entonces los hombres descubrirán que han sido dotados de una renovada fortaleza y de la necesaria percepción interna que les permitirá expulsar a las fuerzas materialistas atrincheradas y al poder de los intereses egoístas —unidos para impedir la libertad humana. Si las conferencias a realizar en el futuro inmediato demuestran que el género humano realmente se está esforzando para ocasionar rectas relaciones humanas, entonces las fuerzas del mal pueden ser rechazadas; las Fuerzas de la Luz entonces tomarán el control.

El problema que enfrenta la Jerarquía es cómo promover estos deseables fines, sin infringir la libertad humana de acción y de pensamiento. El gran Concilio del reino espiritual, del Reino de Dios, actualmente se ocupa de este problema que proporcionará el tema de Sus discusiones y final decisión hasta mediados de Junio. Cuando el sol comience a desplazarse nuevamente hacia el sur, Sus decisiones se habrán tomado en base a la demanda humana. Para entonces, la humanidad habrá indicado la fuerza y naturaleza de su buena voluntad; habrá hecho sonar la “palabra de invocación” —elevándose hasta la esfera espiritual como una exhalación del alma misma de la humanidad; ello habrá expresado una medida de su disposición a sacrificarse para [i455] estabilizar el vivir humano y para liberar al mundo de la separa­tividad y de los abusos que culminaron en esta guerra; por lo menos habrá preparado el camino para el anteproyecto y la planificación que emprenderán el Ciclo de Conferencias y de Concilios. En lo que respecta a la Jerarquía y en respuesta a la demanda humana (en grado y en tipo, de acuerdo con la cualidad de la [e378] demanda), la Jerarquía desempeñará su parte y ayudará a hacer posible lo que los hombres sueñan, visualizan y planean hoy.

Consideremos por un minuto lo que la Jerarquía está dispuesta a hacer y lo que Sus miembros planearán y formularán durante el Festival de Pascua en este mes, el Festival de Wesak en abril y el Festival del Cristo a fin de mayo. Podría decirse que la Jerarquía, en conjunción con el gran Concilio de la Voluntad de Dios en Shamballa, dividirá Su trabajo en tres partes, cada una gobernando tres fases del venidero restablecimiento de la humanidad a un vivir civilizado y culto en una nueva y más elevada vuelta de la espiral. Tratarán el problema de la libertad espiritual, como se corporiza en las Cuatro Libertades, y el problema de las rectas relaciones humanas, como se expresará mediante relaciones internacionales, partidos nacionales y asuntos humanos generales. No me corresponde decirles lo que la humanidad, por medio de sus estadistas y líderes, planeará realizar en las conferencias venideras. Mi tarea es movilizar al nuevo grupo de servidores del mundo y a los hombres y mujeres de buena voluntad para que puedan permanecer como un gran “ejército de implacable voluntad espiritual” detrás de los que participan en estas conferencias y concilios, permitiéndoles pensar con claridad sobre los asuntos involucrados y así (por medio de este claro pensar) afectar telepáticamente las mentes de los hombres; esto involucra el uso de un poder rara vez empleado hasta ahora a favor del recto esfuerzo, aunque ya extensivamente utilizado por los guías materialistas de las fuerzas del mal.

La tarea de la Jerarquía consiste en descubrir y llegar a los hombres y mujeres iluminados en todas las iglesias, todos los partidos políticos, todas las organizaciones —sociales, económicas y educativas— de manera que esté claro su propósito unido. Esto [i456] Ellos lo harán por intermedio de Sus discípulos en el mundo, discípulos activos, operativos. Así se allanará el camino para la verdadera libertad del género humano —una libertad que hasta ahora es un sueño y una esperanza hasta en los países más democráticos.

Pero detrás de toda esta actividad, vigilada por los Guías espirituales de la raza pero determinada e implementada por la humanidad misma, estará la atención enfocada de la Jerar­quía. Esta tensión espiritual que existe entre Ellos es mucho más potente de lo que cualesquiera de ustedes sospecha; parte de Su trabajo preparatorio consiste en poner a disposición ciertas fuerzas y poderes espirituales que —aunque complementarios o suplementarios al esfuerzo autoiniciado de la humanidad— harán que ese esfuerzo tenga éxito. Lo que la humanidad tiene que hacer ahora, y está haciendo ya, hasta cierto grado, es [e379] llegar a una correcta orientación respecto a los asuntos humanos.

/…/

“Por lo tanto, los llamo, a cada uno, a un gran servicio de demanda y de invocación en nombre de la humanidad —una demanda para la afluencia de luz sobre las decisiones de los hombres. Les pediría solicitar y esperar el esclarecimiento necesario para quienes tienen que tomar decisión en nombre de los hombres en todas partes. El esclarecimiento individual de ustedes nada tiene que ver con esta demanda. Lo que se requiere es un móvil altruista, y es lo que debe estar detrás de la demanda individual y grupal de ustedes. Ustedes están demandando percepción esclarecida e iluminada para quienes tienen que guiar el destino de razas, naciones y grupos mundiales. Sobre sus hombros descansa la responsabilidad de emprender sabia acción, basada en comprensión mundial, en bien de la cooperación internacional y en el establecimiento de rectas relaciones humanas.

“Quisiera cerrar este mensaje con palabras escritas hace muchos años. Expresan la actitud y la orientación necesarias:

“Les pido que abandonen sus antagonismos y antipatías, sus odios y diferencias raciales, y que traten de pensar en términos de una familia, una Vida y una humanidad.”

[La Exteriorización de la Jerarquía]

1 Extraído del libro La Exteriorización de la Jerarquía, página 370 y siguientes (versión corregida 2013 en revisión).

LA LIBERACIÓN DE LA ENERGÍA ATÓMICA (Extraído de La Exteriorización de la Jerarquía)

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