El Sentido Esotérico

Se me pide que defina más claramente lo que quiero significar por “sentido esotérico”. Significa esencialmente el poder de vivir y funcionar subjetivamente, poseer un constante contacto interno con el alma y el mundo en que se encuentra, y esto debe efectuarse subjetivamente a través del amor, activamente demostrado; de la sabiduría, constantemente difundida, y de esa capacidad de incluir e identificarse uno mismo con todo lo que respira y siente, una de las características sobresalientes de todo verdadero Hijo de Dios. Por lo tanto, quiero significar que se ha de mantener internamente una actitud mental que puede orientarse a voluntad en cualquier dirección. Puede Gobernar y controlar la sensibilidad emocional, no sólo del discípulo mismo, sino también la de aquellos con quienes entre en contacto. Por la fuerza de su pensamiento silencioso puede llevar luz y paz a todo. Por medio de ese poder mental puede sintonizarse con los pensamientos del mundo y el reino de las ideas; puede discriminar y elegir esos elementos y conceptos mentales que le permitirán, como trabajador del Plan, influenciar su medio ambiente y revestir los nuevos ideales con esa materia mental que facilitará el reconocimiento de esos ideales en el mundo habitual del pensamiento y del vivir cotidianos. Esta actitud mental capacitará al discípulo para orientarse hacia el mundo de las almas y, desde ese lugar de elevada inspiración y de luz, descubrir a sus colaboradores, ponerse en comunicación con ellos y colaborar unidos en el desarrollo de las divinas intenciones.

Poseer este sentido esotérico es la principal necesidad de los aspirantes en esta época de la historia mundial. Hasta que los aspirantes hayan captado esto en alguna medida y puedan utilizarlo, no podrán formar parte del Nuevo Grupo, ni trabajar como magos blancos, y estas instrucciones continuarán siendo teóricas y principalmente intelectuales, en lugar de ser prácticas y efectivas.

Para cultivar este sentido esotérico interno es necesaria la meditación, y una meditación continua, en las primeras etapas de desarrollo; pero a medida que pasa el tiempo y el hombre crece espiritualmente, dará lugar forzosamente a una orientación espiritual constante y entonces la meditación diaria, como la comprendemos ahora, no será ya necesaria. El desapego del hombre por las formas que utiliza será tan completo que vivirá siempre en el “sitial del Observador”, y desde ese punto y actitud dirigirá las actividades de la mente, de las emociones y de las energías, que hacen posible y útil la expresión física.

La primera etapa de este desarrollo y cultivo del sentido esotérico consiste en mantener una actitud de constante y desapegada observación.